Friday, November 17, 2006

Abelardo, el que tiene sed



El ojo que no está. Picasso pintaba los dos ojos aun cuando la figura estuviera de perfil. Ese ojo no está en la cara que se ve, pero existe. Un poeta, y un escritor en serio, es el que ve todos los ojos. Aquellos que, aunque no se ven, están. En la realidad o en los sueños. Hace poco me hizo reír una frase de Borges: "¿por qué tengo que creer que un subsecretario es más real que un sueño?".

En el cuento hay algo que ya sucedió y toda dispersión conspira contra su belleza. En el cuento el final es esencial y el cuentista no puede dispersarse en cosas que no hacen a la anécdota central. Cuando un hombre se cae en la calle, el novelista piensa "de dónde vino", "qué va a hacer cuando se levante". El cuentista lo único que piensa es "¿por qué se cayó?". Son actitudes inversas frente a la realidad. Uno se pregunta ¿por qué pasó? y el otro ¿qué va a pasar?

Durante la corrección de la novela sólo se puede estar lúcido. Para mí éste es el verdadero momento de la escritura: cuando se tiene ya la materia y se procede a su forma definitiva. Comparto aquello que decían los griegos: "la estatua ya está en el mármol".

Abelardo Castillo

Monday, November 06, 2006

Balada del Boludo



De "El Mago" de Isidoro Blaisten




Por mirar el otoño
perdía el tren del verano.
Usaba el corazón en la corbata.
Se subía a una nube
cuando todos bajaban.
Su madre le decía:
no mires las estrellas para abajo
no mires la lluvia desde arriba
no camines las calles con la cara,
que ensuciás la camisa;
no lleves tu corazón bajo la lluvia,
que se moja;
no des la espalda al llanto
no vayas vestido de ventana
no compres ningún tílburi en desuso.
Mira tu primo el recto
que duerme por las noches.
Mira tu tío el justo
que almuerza y se sonríe.
Mira tu primo el probo
puso un banco en el cielo
tu cuñado el astuto
que ahora alquila la lluvia
tu otro primo el sagaz
que es gerente en la luna.
-Tienes razón,mamá-
dijo el boludo.
Y se bebió una rosa.
-No seré más boludo.
Y se bajó del viento.
-Seré astuto y zahorí.
Y dió vuelta una estrella para abajo.
Y se metió en el subte.
Y quedaron las gaviotas en el río.
Entonces vinieron los parientes ricos
y le dijeron:
-Eres pobre pero ningún boludo.