Monday, September 29, 2008

Un sabor y una risa

¿Cuales son los restos de una relación?
¿Los fósiles de una interacción de dos cuerpos?

Un rasgo, una mirada, un sourvenier.

Una manera de hacer, ciertas palabras que se hacen propias.

Un puñado de regalos, una prenda, un cuadro, una foto en la playa.

La boca pastosa de la mañana que no abrió el día sino que clausuró los que había por hacer.

La boca pastosa después de la siesta, el cuerpo desvencijado por el sexo. Un viaje de dos horas en colectivo para alejarse. Haberse encontrado, solo, por puro gusto.

Es un sabor, tal vez, uno de los restos, una de las huellas, más precisas y traumaticas de la experiencia amorosa.


Los retos de nuestro amor


Yo puedo beber
puedo deshacer
mi alma en un segundo
y puedo escribir
muy lejos de mí,
puedo darte el mundo
mientras te reís
y me hacés sufrir
loca es tan absurdo.
Yo te di un lugar,
yo te di mis manos,
y que estemos juntos
te podés pirar
te podés mojar
no podés callarte
pero, nena, igual
yo sé que al final
puedo imaginarte,
vas a ser feliz
vas a darme a mí
algo de tu sangre
vamos a entender
que acabó el ayer
sólo me dejaste
todas las figuras
que se vuelven hacia mí
son las sombras de un hechizo que pasó
todos los momentos en los que te hice feliz
son los restos de nuestro amor

(Páez)

1 comment:

Alin said...

fijate... dice los RETOS no los restos...
retar no es restar, no se
mañana de gano al bowling otra vez!