Friday, March 07, 2008

Leo García + R. Arlt

Ciertamente, no hay nada más llamativo en el cubo negro de la noche que ese rectángulo de luz amarilla, situado en una altura, entre el prodigio de las chimeneas bizcas y las nubes que van pasando por encima de la ciudad, barridas como por un viento de maleficio.
¿Qué es lo que ocurre allí? ¿Cuántos crímenes se hubieran evitado si en ese momento en que la ventana se ilumina, hubiera subido a espiar ; un hombre?
¿Quiénes están allí adentro? ¿Jugadores, ladrones, suicidas, enfermos? ¿Nace o muere alguien en ese lugar?
En el cubo negro de la noche, la ventana iluminada, como un ojo, vigila las azoteas y hace levantar la cabeza de los trasnochadores que de pronto se quedan mirando aquello con una curiosidad más poderosa que el cansancio.


Cuarto creciente en mi habitación
cuando se duerme la gente
al fin se siente el silencio de dios

Mirá las luces de la ciudad
cada luz es una soledad
y hay alguien en cada soledad
mirando el mismo avión que se va

Mirá las luces de la ciudad
Cielo bajo que se va a estrellar
una estrella se rompe al temblar
sobre el río que se borra con el mar

1 comment:

Anonymous said...

Thanks for writing this.