Thursday, May 29, 2008

Literatura y Mercado

Se encuentran asimetrías entre los títulos que arroja el ranking del mercado literario y la elección de la crítica especializada. La respuesta está, en término de cristina Iglesia (titular de literatura Argentina I de Letras UBA), en que la critica no cuenta con un apoyo institucional que haga más efectiva la repercusión del análisis surgido desde las universidades.

A esta respuesta se la interroga desde dos frentes, uno que habla de que la critica reniega de la masividad y ve al mercado como un enemigo, entonces se cierra sobre sí misma. Por otro lado hay casos de best sellers, que parecen excepciones, que comparten primeros lugares en el mercado y adulaciones de la critica, idea expuesta por Andres Neuman, (finalista del premio de novela Herralde de Anagrama). Encontramos, entonces, que las asimetrías existen pero también un entramado de factores que convierte a la discusión en algo más complejo.
Neuman en un articulo publicado sobre el mercado y su relación con la literatura dice que la lógica que se introduce es la misma que rige para cualquier otro objeto, el mercado contiene a todos adentro y es quien otorga a cada uno lo que merece. Esta lógica se la puede juzgar como la manera correcta de hacer circular una obra o como un “usurero” que genera buena parte de los inconvenientes actuales en el ámbito de la cultura ya que todo lo mercantiliza. En este sentido se puede marcar lo dicho por Sarlo sobre que algunos géneros editoriales ni siquiera pueden ser vistos por la critica porque tienen al mercado como primer interlocutor, por ejemplo las novelas histoticas escritas por encargo y en base a una serie de documentación.
Ante quienes despotrican contra el mercado pero están adentro, Neuman va a decir que es esa la mejor forma de publicitarse, una postura incorrecta que desprecia la lógica del consumo capitalista. También se puede decir que aunque sea contradictorio, tal vez, sea más efectiva una crítica al mercado desde el mercado que manteniéndose afuera, sin culpas y anónimo.


En el libro La violencia del azar, ensayo sobre la literatura argentina, cristina Iglesia dice que buena parte del valor que tiene la historia de la literatura en el país se debe a una critica enriquecida por diferentes corrientes y técnicas analíticas, más una fuerte tradición que data del siglo XIX. Entonces, lo que se ve es que además de la excelencia critica y la no posibilidad de que se haga efectiva en el resto de la sociedad, cuenta con una fuerte tradición que en sus inicios se fundó como un circulo literario elitista, de carácter escolástico y algo de eso permanece aun hoy dificultando la posibilidad de ampliar el acceso a la critica especializada.

Datos oficiales del Centro de Estudios de la Opinión Publica (CEOP) marcan la asimetría a la que se hace referencia más arriba. Los escritores predilectos son Borges en primer lugar seguido por Sabato y Cortazar, luego Jose Hernandez, Bucal, Bioy Casares, Pigna, Horacio Quiroga, Feliz Luna y Fontanarrosa, como los diez primeros. Un primer análisis diría que el lugar de privilegio que ocupa Jorhe Luis Borges, objeto de interminables interpretaciones y trabajos, seria una coincidencia con la critica, aunque no son los libros de Borges los que se venden ni los que se leen. Encontramos que tal vez buena parte de las respuestas se realizan en base al sentido común y a lo políticamente correcto, algo similar sucede con Sabato, su ultima obra tiene unos treinta años, tiene pocos libros, y de una densidad de prosa que en apariencia no se correspondería con la forma de leer de la mayoría, sino de una lectura con tiempo. El caso de Cortazar nos marca alguna similitud, pero también es verdad que Rayuela y algún otro libros de cuentos siempre circula y a veces son puertas erróneas de ingreso a la literatura, asi como los juegos cortazarianos parecen que su literatura sea simple y no lo es, el fatalismo y la épica maldita de Sabato parece ser muy profunda y los adolescentes abdican contra el libro notando todo tipo de oscuridades y depresiones.
Hernandez, solo reconocido por el Martín Fierro leído de forma obligatoria en el sector escolar, Bioy Casares un escritor que dispara diversas opiniones y luego salvo Horacio Quiroga y sus cuentos, Luna, Fontanarrosa y Pigna son ignorados por la critica. Más atrñas aparecen Lanata, Aguinis, Soriano y Sueiro, todos tambien ignorados por la critica.
Salvando las dos excepciones de Borges y Cortazar no tenemos en los primeros diez ni en el resto escritores de los elegidos por la crítica que serían, Chejfec, Aira, Saer, Pauls, Kohan, Cohen). A esto se suma el dato del INDEC que el 52% de los argentinos no leyó un libro en el ultimo año, y no parecen los autores predilectos nombrados, ya que lo más leidos son (sacando la Biblia) Garcia Marquez, Coelho y Bucay. Por ultimo vamosa completar los datos de preferencia, de lectura y de critica, con los de venta. Aparecen Angeles Mastreta, Isabel Allende, Pablo de Santis, Rolón, Aguinis, Paenza, Pigna, Beatriz Gonzalez.

Es decir, las asimetrías existen, se revelan claramente y la forma de leer de la publicaciones de la critica no son iguales de los medios de circulación masiva y desde ahí, por ejemplo, se alienta al consumo. Eduardo Pogoriles dice que el modelo neoliberal contribuyó al empobrecimiento de la clase media que en su mayoría era quien sostenía el consumo de libros, limitando la posibilidad de compra. Las ventas bajaron y nacieron grandes cadenas de librerías para facilitar la llegada no de nuevos lectores sino de nuevos consumidores que pudieran hacerse de un libro como mercancía sin tener demasiados conocimientos previos y siendo exhibidos de manera atractiva y con beneficios inmediatos de su lectura, de esa forma también crecieron los libros de autoayuda y de ganancias económicas. Además sigue diciendo Pogoriles las librerías se diseñan para no intimidar al consumidor y que sea un centro de actividad social, tentando a la compra impulsiva.

A partir de la relación consumo/mercado y crítica literaria se abre otro eje que complejiza la situación, es el canon literario. Harold Bloom con gran sentido de la oportunidad publicitaria editó en 1994 un libro en el que proclama los títulos y autores del canon occidental. Desde ahí se desatan polémicas por el canon, principalmente como si en canon estuviese marcado por el mercado, por lo correcto y por lo incuestionable. Todos conceptos antagónicos a lo que se busca la critica. El canon seria un criterio de selección aparentemente objetivo, dice Marcos Mayer, según lo que generan estos libros en otros pero además la pregunta sobre el canon podría generar un cambio dentro de la concepción de la literatura donde seria un conjunto de respuestas a interrogantes de una época de la sociedad. Pero con esta definición del canon aparecen dos intervenciones, una de David Viñas y otra de Martín Kohan. Viñas en una nota dijo “desconflictuar creo es un camino hacia lo canónico”, Viñas ve como algo saludable que haya conflictos y entiende al canon como un lugar armónico donde se ocultan relaciones de poder. En tanto se habla también de un canon literario y uno de mercado, ahí es donde aparece Kohan, al igual que Viñas rompe con la definición común y dice que el canon es otra cosa, lo redefine con la noción de tiempo, el siguiente es un fragmento de un articulo de él sobre el tema: “el canon que va a quedar sufrirá una decantación. No necesariamente tiene que ver con lo que suena, atado a veces con coyunturas o posturas editoriales. Si la pregunta se hacia en los 50 quizás Borges no se hubiera nombrado y sí Mallea”. Kohan de forma lucida cierra el tema del canon, puede irse hacia un canon incuestionable y publicitario para el mercado del momento, pero la decantación terminara por marcar en el tiempo el foco del canon.

La perspectiva del tiempo para establecer el canon en esos termino dependen del trabajo de la critica, volvemos entonces a Iglesia y la importancia del trabajo de los claustros, pero lo interesante sería si en la relación mercado-critica esta última solo tiene que trabajar sobre lo canónico con vistas al futuro, entonces la pregunta es cual es la función de la critica. Sarlo dice: “en el trabajo critico, en el trabajo del analista cultural, del periodismo lo que menos me gusta es la idea contemporánea de que el critico no debe poner el gusto cuando escribe, es un error. La critica que a mi me interesa es aquella en la que se da cuenta de como están hechas las cosas y puede contárselo a los demás”. Viñas muchas veces enfrentado con Sarlo, dice que una crítica es la que se auto cuestiona todo: el texto, el lenguaje, el narrador, el autor. No simplemente hacia fuera sino cuestionamiento hacia el interior mismo de la obra. “creo que es tarea de la critica plantear juicios estéticos y los riesgos que implican los juicios estéticos”. En una entrevista con la revista Esperando a godoy, Guillermo Martínez dijo que la critica tiene que establecer juicios estéticos y no solamente de procedimientos. Martínez trató a los críticos de pueriles y mezquinos. Además refiriéndose a los preconceptos, que según él, saturan la criticadito: “Suponer que todo aquello que tiene éxito de ventas es porque no asumió ningún riesgo. Hacen una transferencia inmediata y mecánica: lo que es un éxito de ventas carece de valor”. La critica es para Sarlo “un genero literario, un sabe no codificado, ciencia de la literatura, dominio del gusto, la reflexión sobre los textos adopta uno a uno todos esos rostros”. Tenemos que la critica no contiene una única función, pero sí una principal que es el juicio estético. Ese juicio estético de valoración no esta signado por el mercado según Sarlo y Viñas, pero para Martinez la critica académica valora “lo que se vende menos y a ningún lector le interesó ya tiene algo a favor”. Así también dice Martinez “que a la critica no le interesa mirara más allá del circulo endogámico de sus teorías y sus amigos”. De alguna manera Martínez que no pertenece a ese ámbito ve un círculo cerrado que se protege entre sí y desdeña todo lo que esta afuera.



Por último Damian Tabarovsky aporta desde un artículo recientemente publicado algunos hilos importantes para entender la complejidad del entramado mercado y critica. La idea que propone es que desde los medios masivos y con fuertes vinculaciones e intereses en el mercado de la industria cultural muestran a todo lo surgido desde el ámbito de la cultura como algo bueno en sí mismo. Emparejando todo en un único nivel de diversidad y donde todo tiene un valor positivo por provenir del sector cultural. De esta manera se pierde el sentido crítico y todo lo que sucede esta en igualdad de condiciones para disputarse un lugar en el mercado. Además suma la falta de visibilidad de lo que sucede en el campo literario, donde la nueva narrativa no tiene un lugar visible y por momentos se construye la sensación de que no ocurre nada y que la cultura se mantiene encerrada y aparece solo al momento de dar buenas noticias. La cultura aparece desconflictuada, retomando a Viñas. Finalmente tenemos que el canon o el sistema de lectura de a critica especializada no se corresponde con lo que sucede en el mercado porque además de las múltiples causas anteriormente expuestas, no están dadas las condiciones de recepción de las nuevas obras, y que más allá de su falta de difusión y de apoyo por fuera de la lógica del mercado, aquello que se lee es para lo que la sociedad esta preparada o necesita, y la mayoría en el mercado no elige por fuera del sentido común.

3 comments:

Carla Valicenti said...

Interesante, complejo y más que polémico...

leo said...

Gracias por leer la mini investigación.
No era la intención que sea polémico, solamente descorrer algunos mitos sobre la lectura.

Carla Valicenti said...

La polémica es inevitable en estos puntos de encuentro (o desencuentro) entre las disciplinas artísticas y el mercado. Coincido en que la cultura no está ni cerrada, ni desconflictuada. Hay mucha nueva literatura dando vueltas por ahí que no es la literatura consagrada, e internet en este sentido es un medio que facilita esta difusión. Creo que ahora hay más visibilidad de esos circuitos.
¡¡¡ Brindemos por ello!!!!