Thursday, June 12, 2008

Henri Jones Junior


Indiana Jones pone a prueba la fe poética del espectador, fuerza hasta la ruptura las posibilidades y combinaciones de aventura arqueológica, ficción histórica, tramas políticas, enigmas sobre otras dimensiones, acertijos, lenguajes, interpretaciones, peripecias y, por sobre todo, la puesta a prueba constante de las capacidades del héroe para resolver y zafarse de todo tipo de encrucijadas (geográficas, bélicas, traiciones, etc.).
En primer lugar la película pone a prueba su verosimilitud, como en cada una de los films de Indiana Jones sucede, si en la última realizada hace casi 20 años Henri Jones Junior alcanzaba el cáliz sagrado y con ello la formula de la inmortalidad para poder curar y salvar a su padre, en la cuarta película de la zaga se interpela sobre la presencia de otras dimensiones en culturas arcaicas de la tierra.
Nuevamente es exitoso, aunque por momentos el grado de caricaturización no suena risible sino que saca fuerza a las propias peripecias del relato, la participación de un enemigo histórico, en este caso el comunismo de la URRS (o CCCP como se lee en la ropa de los personajes). Si en películas anteriores salió airoso de mostrar, incluso, a Hitler frente a Indiana Jones, esta vez es una agente comunista, la mano derecha de Satalin, una mujer del este de Ucrania que posee conocimientos sobre mentalismos y ciencias paranormales y/o parapsicológicas. Temporalmente ubicada en plena Guerra Fría se plantea como marco la persecución y paranoia interna de los Estados Unidos en busca de comunista infiltrados (Jones es sospechoso de contribuir con los rojos).




Los primeros minutos la película imprime un ritmo acelerado con grandes juegos de cámaras (es una improvisada carrera entre dos autos en una ruta del desierto de estados Unidos) los espejos y objetos en los que se puede reflejar ua imagen sirven para contar (y comentar) toda la primera serie de tomas.
La aparición de Jones, viejo y poniendo el acento en que ya no es el de antes, no deja de tener todos los tics característicos que el personaje tuvo en las películas anteriores. Primeros planos que sin mirra a cámara interrogan al espectador con una mueca o una sonrisa, o el siempre característico sombrero que se acomoda una y otra vez)
Como en todo relato de aventuras las expectativas y tensiones aumentan con el correr de la película, aunque en ningún momento se genera una tensión en base al suspenso porque el espectador sepa algo que los protagonistas no y que los va a poner en riesgo, eso solo sucede en secuencias mínimas que anticipan datos sobre lo que puede suceder pero sin llegar a generar tensión porque en el plano siguiente los protagonistas lo va a advertir. El film opera por sorpresas, (personajes que se dan vuelta en su lealtad, otros que irrumpen en la escena, puertas que se abren).
Uno de los personajes dice la frase “el espacio de los espacios”, un parámetro en el que debiéramos situar a la zaga de Indiana Jones que no solo demuestra estar intacto (pero con marcas del tiempo) sino que sigue forzando hasta donde el espectador logra ingresar en ese mundo y ya no aceptar sino vivir esa construcción de realidad.

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